¿Victoria o Fracaso? [Priv. Nerea]

Un cosmos dorado penetraba en el mar. Bajaba a gran velocidad como si fuese un proyectil que caía desde el cielo, y aquello no era tan errado. Desde el santuario vine volando pues era el momento perfecto para actuar. Los dioses estaban dormidos, las fuerzas de todos los bandos estaba casi desaparecida. No había forma alguna de que pudiese fallar y lo estaba arriesgando todo a venir hasta aquí y dejar al santuario con apenas un par de caballeros dorados, pero sin duda era mejor que no hacer nada pues era necesario que alguno de nosotros tuviésemos la ventaja. Me encantaría tener la pieza del amuleto que tenia Poseidon, con eso obtendríamos mas fuerza para pelear contra el inframundo y no tener que sucumbir ni a los mares ni a las tinieblas.

Aterrice sobre un suelo firme donde se podía estar. Sabia perfectamente que era lo que tenia adelante mio y no era coincidencia ni una equivocación que yo estuviese ahí, frente al pilar marino del pacifico sur. Por lo que tenia entendido, aquel reino estaba deshabitado, lo cual quería decir que seria una cuestión de caminar para llegar hasta el fragmento del amuleto y hacerme con el. Comencé a caminar despreocupadamente mientras contemplaba todo a mi alrededor. Es una pena que esto no se estuviese utilizando, quizas la diosa Athena quisiera tener esto como un refugio. Pense para mis adentros mientras que el unico sonido que se sentía era el de mis pisadas metálicas al cargar con la armadura de sagitario.

Aun asi habia algo que no cuadraba en todo esto y lo descubrí perfectamente cuando llegue a la entrada del pilar y observe, o mejor dicho sentí. La escama de Scylla... no esta. En ese momento me gire para ver tras mi paso si había alguien. Mis alas se tensaban ligeramente mientras intentaba sentir alguna que otra presencia en el lugar. Sal de donde quieras que estes... Dije en voz alta para ser escuchado mientras cerraba mis puños con fuerza. Esto complicaria todo, no esperaba que ya hubiesen habitado este lugar.

No había mucho que hacer todavía más si ni siquiera había despertado el Dios que había jurado proteger, y eso me hartaba demasiado, la única cosa que me entretenía era el cazar a los tontos navíos para saciarme con la sangre de aquellos estúpidos que se confiaban en simples apariencias pues como solo veían a una chica y su lujuria era muy grande se acercaban a mí y me invitaban a entrar en los barcos, gran error de esos incrédulos pues cuando estaba dentro del lugar empezaba la matanza.

Ya me había cansado de haber provocado el naufragio de 3 enbarcaciones así que regresé a mi pila (no tenía un lugar más a donde ir además que tengo una deuda con aquella Deidad que me salvó la vida), Las alas de murciélago de una de las bestias de Scylla me proporcionaban la velocidad que necesitaba para viajar màs rápidamente a pesar de estar bajo las aguas.

Como el espíritu de la bestia de Scylla esta en contacto con mi propia alma me permite tener sus capacidades, pude notar que algo no estaba bien, en dirección a mi pilar se sentía un olor extraño, nuevo y diferente.

Me coloqué detrás del pilar para ver de cerca a aquel intruso, sonreí al escuchar su voz, parece que alguien no conoce de buenos modales... - ¿quien lo pregunta? - contesté tranquilamente sin siquiera mostrarme... pero estaba a la espera, nadie entra como si nada al Reino de mi Dios y mucho menos pisa mi pilar y queda con vida.

Mis sentidos se agudizaron intentando captar alguna señal, algún sonido o aroma que me ayudara a detectar a mi enemigo, pero tras unos segundos simplemente di por sentado que no había nadie por aquellos lados. Me gire para comenzar a caminar pero en ese mismo instante una voz se manifestó en el ambiente. Por reflejo salte hacia el lado contrario donde se encontraba el pilar y me deslice con mis alas unos metros hacia atrás. Decir mi nombre seria algo estúpido, pero ya estoy vistiendo la armadura, esto ya se volvió oficial. Soy Sinuhe, el santo dorado de Sagitario. Levante mi voz al decir mi nombre, como si fuese la presentación de alguien importante la que estaba proclamando con mis palabras. A pesar de que era una santo de Athena, era el mas fiel y eso me daba cierto crédito para sentirme orgulloso de quien era yo. Mis ojos se movían de lado a lado buscando con determinación intentando dar con el paradero de quien hablo hace unos instantes.

Muéstrate... Mi cuerpo se endureció y de un salto quede suspendido en el aire con las alas totalmente estiradas. Extendí mi brazo con el arco en la mano y deje que el cosmos fuese generándose en forma de flecha. Hazlo, empezare a destruir el lugar hasta que salgas. Estaba en zona enemiga, de eso no tenia la menor duda, y era por eso que actuaba de una manera tan hostil a pesar de que no había enemigos a la vista. Estaba nervioso, odiaba no poder luchar cara a cara contra mi adversario, pero lo obligaría a salir de donde estuviese aunque tuviese que derribar el pilar.

Queria entregar aquel fragmento en el templo de Athena, haría lo que fuese por conseguirlo y no podía dudar, no importaba quien fuese el enemigo que tuviese adelante. Aquello me recordó a mis entrenamientos en el santuario, cuando todavía estábamos tranquilos. Recuerdo perfectamente las clases de arqueria que me hacían tomar desde pequeño pensando que algun dia llegaria a ser lo suficientemente fuerte como para conseguir la armadura que hoy visto. Mis maestros nunca dudaron de mi y era por eso que yo tampoco podia dudar. Si ellos confiaron en mi para ser merecedor de tal honor, entonces este era el momento en el que todo se demostraba.

La cuerda se tenso mientras que mi paciencia se agotaba. Espera... se tranquilo, si no te concentras todo saldra mal. Los nervios estaba caoticos, por lo cual di un leve suspiro y apunte al gran pilar. Es un objetivo grande, sera demasiado facil. Cerre ligeramente mis ojos y me fui concentrando para acumular mas cosmos en aquella flecha.

No demoró mucho tiempo para obtener la respuesta que quería aunque no me interesaba tanto el nombre de aquel sujeto, sino más bien su procedencia y sus intenciones, claramente se notaba que no venía en un plan pacífico así que eso ameritaba un castigo.

Extendí las alas del murciélago y empecé a volar rodeando el pilar mientras que mis ojos observaban todo el panorama aquel hombre que vestía el ropaje alado se veía con las claras intenciones de destruir mi pilar y eso no se iba a quedar inpune.

-¿Acaso escuché bien? ¿amenazaste con destruir el lugar tu miserable guerrero de Athena?... -Empezaba a enfadarme pero mi rostro todavía permanecía calmado, aún así mi cosmos empezó a exteriorizarse, se mostraba en una fuerte energía color rojo purpúreo que danzaba alrededor de mi cuerpo detrás de mi se empezaba a ver el alma de la criatura marina a la que representaba, a la bella y poderosa Scylla.

-Tendrás que pasar sobre mi cadáver si quieres dañar este lugar...- dije con total seriedad mientras mis ojos cambiaban de tonalidad volviéndose completamente blancos.

Datos de combate

Spoiler:

Quien temía que estuviese de vuelta en aquel lugar apareció volando, rodeaba el pilar prestando atencion a su alrededor y yo por simple hecho de que no me parecía honorable el atacar primero, baje el arco y la flecha para darle lugar a las palabras antes de comenzar la lucha. Aunque lo que me resulto desagradable fue que me llamara miserable santo de Athena. Obviamente esta muchacha tenia bastante orgullo y mucha confianza como para llamarme de aquella manera. Tras escucharla hice desaparecer mi arco y flecha, le dedique una sonrisa traviesa y me dedique a observarla, Escuchaste bien... Mi cosmos reacciono como reflejo al notar el que ella poseía. Veamos de que son capaces los marinos.

Cerre mi puño y por este mismo se traslado toda una energía eléctrico que recorría hasta el ante brazo. Mi cosmos se levantaba, brillante y dorado como el de todo santo de Athena. ¡Asalto Electrico! Mis alas se tensaron por una fracción de segundo y mi velocidad aumento a la de la luz. No tenia nada que temer pues conocía mi poder, sabia precisamente el potencial de los santos dorados y de los marinos así que íbamos a estar igualados, pero yo era uno de los mejores caballeros del santuario y con eso en mi mente sabia que lograria derrotar a cualquier enemigo que tuviese en frente.

Aun asi cuando me fui acercando hacia mi adversario note que era una muchacha, una de hermosas facciones que me esperaba para iniciar el ataque. Concentrate Sinuhe, no es mas que tu enemigo. Pense con determinación a pesar de haber dudado por la apreciasion que habia tenido sobre ella.

Stats:

Ataque:

El miembro 'Sinuhe Iris' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'D10' : 2

Empecé a reir por las palabras de aquel santo dorado, parecía que tenía demasiada confianza en sí mismo como para poder enfrentarse a un marino de Poseidón, eso en cierto modo es comprensible cuando siempre a sucedido a travéz de las eras pero se llevaría una sorpresa.

-Protección del aguíla real- En cuanto aquel gritó su ataque simplemente concentré mi cosmos a mis espaldas y en lugar de extender las alas del murciélago de la armadura de Scylla que porto con orgullo, se extendieron unas alas de un ágila que brillaban con intensidad, doblé mi cuerpo y al instante se cerraron formando un capullo, podía sentir como aquel golpeaba contra las alas pero era in inepto si creía que me lastimaría.

Cuando terminó el ataque extendí las alas mostrando que no había pasado nada con mi cuerpo, sonreí y dije en un tono seductor y burlón. - ¿Es todo lo que puedes hacer?... estoy empezando a desepcionarme... si no eres bueno en una batalla mucho menos serás bueno en... otras cosas.

Quería lastimarle en donde más le doliera, y ¿donde le duele más a un hombre? en su hombría claro está. Así que extendí mi mano para llamarle con el dedo para que siguiera atacando, pronto sería mi jugada.

Datos de combate:

El miembro 'Nerea' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'D10' : 9